18 sept 2014

INSTITUTO DE LA MUJER Y PARA LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES



Hoy ha entrado en vigor la Ley 15/2014, de 16 de septiembre, de racionalización del Sector Público y otras medidas de reforma administrativa. Una de las medidas que introduce consiste en una re-estructuración de calado del Instituto de la Mujer, que pasa a ser también “para la igualdad de oportunidades”. La esencia de la reforma consiste en habilitarlo como órgano competente de las demás causas de discriminación prohibidas e incluidas en las Directivas 2000/43/CE y 2000/78/CE –origen racial o étnico, edad, discapacidad, religión, orientación sexual-. He leído algunos comentarios bastante superficiales al respecto que me invitan a formular algunas reflexiones sintéticas:

1ª.- Es razonable que la lucha contra la discriminación se centralice en un único órgano administrativo con competencias generalistas sobre todas las causas. Así se hace, desde luego, en los Estados europeos con mayor tradición jurídica en torno a las políticas antidiscriminatorias. Póngase el ejemplo del Reino Unido y su Equal Opportunities Commission, o la homóloga institución holandesa. Es la opción más apropiada para afrontar la discriminación estructural, luchar contra la discriminación múltiple e intersectorial y formular políticas realmente inclusivas.

2ª.- Resulta la alternativa viable para paliar el bajo perfil institucional que tienen las discriminaciones diferentes de la sexista y por origen racial o étnico. Las demás hasta ahora carecían en el ámbito público de un organismo referencial, a causa del bajo perfil de la Directiva 2000/78/CE y del poco compromiso real de nuestra real-politik acerca de estas demás causas postergadas. Muchos de los mecanismos de defensa horizontal de la discriminación sexista serán a partir de ahora más exportables a las mismas, con los efectos positivos que de ello se podrían derivar.

3ª.- Las voces críticas que han aflorado desde el movimiento feminista en torno a esta reorganización temen, razonablemente, que la lucha contra la discriminación por razón de sexo pierda realce y protagonismo como política transversal en nuestro país. Los temores son fundados, porque la derecha se ha encargado de que así sea. Pero es evidente que este paso atrás no debería verse potenciado por una reorganización unificadora. En definitiva, la no discriminación por sexo se ha construido a partir del ideal de la mujer blanca heterosexual y de clase media, sin que asomen en grado suficiente las identidades complejas de mujeres de minorías raciales, o miembros de minorías religiosas, o lesbianas, o mayores, o inmigrantes, por aludir a las yuxtaposiciones más frecuentes. Son realidades emergentes en nuestro país. Esta discriminación sistémica se combate mejor con un órgano unitario.

4ª.- Pero la reforma es preocupante, porque asoma claramente un objetivo de debilitar la lucha contra la discriminación, no de fortalecerla. No es tranquilizador que el Consejo para la eliminación de la discriminación racial o étnica se convierta en una sucursal del Instituto. Es decir, la Ley mantiene un claro protagonismo de la discriminación sexista, que es la realmente contemplada, en tanto que las demás son meras adherencias, competencias accesorias del órgano. Algunas expresiones de la ley invitan a pensar que la misión del Instituto en relación con las causas postergadas será poco más que ninguna: una difusa atención poco comprometedora. Pero que puede difuminar su tradicional identidad de órgano de defensa y promoción de los derechos de la mujer.

5ª.- Claramente, el sesgo “racionalizador” es, en realidad, una tendencia de ahorro y de adelgazamiento de la Administración. La Ley expresamente dispone que las modificaciones en modo alguno pueden suponer un incremento del gasto. Es decir, el Instituto tendrá que afrontar objetivos más amplios con los mismos magros recursos. En este contexto, no cabe dudar de que la verdadera intención de la mayoría absoluta del Parlamento no es otra que cumplir el expediente y no comprometerse. La lucha contra la discriminación a la derecha siempre le ha importado un bledo.

6º.- Por desgracia decayó el proyecto de ley sobre las demás causas de discriminación presentado por el Gobierno de Zapatero. En los tiempos gélidos que corren, el viento es muy frío para las personas mayores, para las minorías raciales o étnicas, para los LGTBI…Para todo el mundo, excepto para las minorías privilegiadas.

15 sept 2014

REFERENDUM EN ESCOCIA


He leído estos días tantas protestas sobre la diferencia entre Escocia y Cataluña que me parece necesario decir unas cuantas obviedades. Ahora estoy escuchando en BBC Parliament el tributo al fallecido líder unionista Ian Paisley . Es casi una casualidad histórica que la muerte de este carismático líder político y religioso coincida con el referéndum del 18 septiembre. Ahora escucho a los miembros del DUP –su partido- hablar, después de incluso haberme sorprendido de cómo su acérrimo oponente y al mismo tiempo vice-presidente de su gobierno Martin McGinnes se haya referido a él como “my friend”. Pero, claro, en UK se hace política, y no la basura que se hace en el Reino de España.

¿Quién ha convocado el referéndum? Nada menos que un primer ministro tory, David Cameron ¿Alguien se imagina a un político de la derecha española convocando un referéndum sobre la independencia de Cataluña? Evidentemente no. Los tories pueden ser muy de derechas, pero antes son demócratas, no como los del Sur. Claro, en España no hay conservadores, sólo unos tipos autoritarios que no aceptan el reto de la democracia.
¿Qué ha hecho la reina Elizabeth ante las presiones de que se manifestara por el voto negativo? Expresar su absoluta imparcialidad. Se dirá que no se cuestiona la condición suya de reina de los escoceses, pero hete aquí una monarquía radicalmente neutral, lejos de los impertinentes comentarios que tenemos que escuchar de nuestro jefe del Estado –al menos, del anterior-.

En cuanto a Escocia, curiosamente aquí no se amenaza a los del “yes” con unas consecuencias desfavorables sin cuento. No es objeto de gran debate la continuidad de Escocia en la UE. La única música discordante que se escucha es la de los “músicos de aldea” del directorio de la UE. El debate aquí es enormemente práctico, centrado en cuestiones económicas, de mercado y de país. Por supuesto, entran en juego elementos emocionales, y aquí claramente Alex Salmond y el SNP han ganado claramente la partida, sin duda por cierto grado de torpeza de los partidarios del “not”, que han hecho una campaña más bien en negativo.

El problema de Cataluña no es el Escocia por la sencilla razón de que la calidad democrática del Reino Unido y la del Reino de España no es la misma, esa es la gran diferencia. No se trata de que gane el sí o en no, sino de que la democracia se haga real. Yo no quiero una Cataluña independiente, quiero a los catalanes y un Reino de España sin ellos sería menos habitable. Pero me parece intragable todo este discurso moral sobre la unidad de España. Como si esa unidad fuese un valor moral en sí mismo. Algunos quisiéramos que, como mucho, fuera un valor democrático.

Lo más insultante de opiniones como la de la editorial del País de hoy es que haga referencia a las fronteras del 1707 en las Islas. Pero, ¿es que hemos olvidado cuándo nace el Estado español como entidad de suyo? A algún creador de opinión habría que recomendarle la lectura de algún texto divulgativo, como “Reinos Desaparecidos”, de Norman Davies, A ver si nos enteramos de algo.

Ahora escucho a la secretaria general del TUC Frances O’Grady en el congreso anual, este año en Liverpool. Es terrible el proyecto desregulador de los tories, sin duda alguna. Es terrible que el índice de cobertura de los convenios colectivos en el sector privado haya caído al 16 por 100. Sin duda, aquí hay muchas paradojas. Pero, al menos, hay un poquito más de democracia. Desde luego, muy imperfecta, pero suficiente como para darnos sopa con ondas. Por cierto, quizá la paradoja de un hipotético sí es que daría paso a un gobierno laborista de Escocia, no a uno del SNP.